Poemas de amor

Ya no hay respuestas que debas esperar,
ni fantasías que no hagas realidad,
tu cita ya no tiene un tiempo,
es ahora, aquí… para siempre.

Abrázame fuerte, no me sueltes,
juro que llegaremos juntos al cielo.
Despójame de toda inhibición y
bautízame con tu amor.

Deja que guarde en el baúl
de los recuerdos cada movimiento,
que encierre el excitante aroma de tu cuerpo.
Y Dios detenga el reloj eternamente.

Que nuestro ángel testifique este momento
dibujando frente a la hoguera del amor
esta pasión desbordada…
estos versos escritos con sudor.

Renace, quédate en mí… no dejes de amarme.
Amanecer mágico, perfecta fusión de corazones.
Te invito a escribir poemas de amor,
esta noche… cuando quieras… en mis brazos.

Amor es:

Dos soledades juntas que se saludan
Es comprensión, cariño y respeto
Es ayudar al otro
Es querer sin dañarnos
Es amar sin medida
Es transportarnos al infinito
Es elevar nuestro ser a un plano celestial.

Amor es:

Explicarnos las cosas que no tienen sentido
La sinceridad es amor,
Pues no existe la necesidad de mentir
El amor es paciencia y confianza en el otro
Es encontrar en los defectos, las virtudes.
Una caricia tuya es amor.
Un beso tuyo es amor.
Contemplar el cielo junto a ti, es amor.

Amor es:

Nuestra unión,
El fruto de nuestro amor.
Amor eres tú, si tú.
Amor somos nosotros, si nosotros
Amor es vivir nuestro presente
Olvidarnos del pasado y
Construir nuestro futuro.
Amor es conservar por siempre
La confianza entre tú y yo.

Qué sería del mar si cantara,
qué sería del sol si llorara,
qué sería de las estrellas si llegasen a dormir,
qué sería de mis alas sin viento para volar,
qué sería de la vida sin vida,
qué sería de mí sin ti…

Quiero tantas cosas…

quiero una tarde de verano
quiero caminar junto a ti
quiero sentir la brisa fresca
quiero tu mirada profunda
quiero tus labios pronunciando mi nombre
quiero tu aliento
quiero tu cuerpo
quiero tus manos recorriendo el mío
quiero sentir el latido de tu corazón
quiero observar la luna
quiero sentir que tu la miras también
quiero una noche con millones de estrellas
quiero darte la más bonita
quiero una cama suave
quiero un lugar especial para ti
quiero ser parte de tu vida
quiero caer en tus brazos
quiero oír tu voz diciendo: «te quiero»

Sentada a media luz en mi rodilla,
y una sonrisa tenue y luminosa
como las alas de una mariposa,
me reclinó en el hombro la mejilla
y abandonase inmóvil, silenciosa.

Se me quedó dormida entre los brazos,
niña interior, aunque mujer externa,
un tiempo apasionada, luego tierna,
frágil hoy con el alma hecha pedazos,
mañana con impulsos de galerna.

No me quise mover por no alterarla,
y dejé transcurrir el tiempo lento,
con el temor de que hasta el pensamiento
pudiera, al agitarse, despertarla,
destruyendo la magia del momento.

Y así quedó, colgada de mi cuello,
dormida en mí, sin dudas y sin prisa,
y hasta su soplo refrenó la brisa;
y al fin, acariciando su cabello,
hice anidar mi beso en su sonrisa.

Le he confiado a la montaña
lo que te he llegado a amar
y no ha podido guardarlo
pues lo ha dejado escapar.
Le dije que te quería
con un amor sin igual,
y lo ha confiado a la brisa
y al viento por mi mal.

Hoy, lo saben ya las aves
se los oigo pregonar
en sus trinos, en sus vuelos
en su dulce gorjear,
lo recogerán las nubes,
tampoco lo han de guardar
por que en la lluvia algún día
a la tierra lo han de hablar.

Quizá subirá hasta el cielo,
las estrellas lo sabrán
y ellas en lluvia de luces
al mundo lo contarán;
lo sabrá el mar, la ribera,
y las flores lo sabrán
y el sol, la lluvia y el viento
este amor han de contar.

Ahora si ya no es secreto
esta manera de amar,
que guardé por mucho tiempo
como perlas de un collar;
y que conoces ahora
sin poderlo remediar;
¡Guárdalo! Que al fin de cuentas,
te lo iba a regalar.