Papá, siempre creíste en mí.
Me enseñaste que mi vida está llena de posibilidades infinitas.
Siempre supiste secar mis lágrimas, calmar mi llanto,
hacerme sonreír y siempre supe
que tu tierno corazón por siempre me ampararía.
Siempre me enorgullezco de ti.
La tradiciones y valores que me has inculcado
abrazan de riquezas mi vida.
Las cosas materiales no me han importado,
pero nunca olvidaré tus cuidados.
De tí aprendí a amar sin esperar nada a cambio.
Siempre que tropiezo con problemas,
sé que puedo acudir a tí, y recibir tu comprensión y guía.
Con tu ternura y cariño sabes traer consuelo en la zozobra.
A nada temo por que se que tú me proteges.
Tu amor ha sido un don indescriptible.
Tu fe en mí me da la fuerza para seguir mis sueños.
Tu dar a los demás me impulsa a ser cada día mejor persona.
Tu entrega y servicio a los más necesitados me hacen comprometerme
de igual manera a la ayuda a mi prójimo.
Quiero que sepas que siempre seré » La pequeña de Papá »
Gracias a tu amor y tu fe puedo ser la mujer que tengo y debo ser.
Has hecho de mí un ejemplo de tu amor…
y los preciosos recuerdos que compartimos serán para mí una fuente de fortaleza.
Para mí es una bendición que seas mi Papá.
Gracias por tu amor, pero por sobre todas las cosas,
Gracias por estar a mi lado.
Feliz día Papá!
Con amor tu hija… la Pequeña Traviesa