Poemas de amor

Eres tú mi gran ilusión.
Eres el murmullo del arroyuelo
Eres mi esperanza
Eres mi vida entera.
Eres la imagen misma de una diosa
Eres el canto de los pájaros silvestres
Eres el encanto del día y la noche.
Pero sobre todo, eres mi esposa.

Ayer creí que no tendría ilusión alguna
Hoy entiendo que mi Dios te ha dado para mí
Mañana gozaremos de lo que hoy construimos
si, hoy hemos construído un castillo
si, un castillo de ilusiones,
que poco a poco se van haciendo realidad,
si, hoy mi Dios me da esa esperanza
y yo la tomo, porque es para mí.

Esa esperanza eres tú,
Esa esperanza es nuestro amor,
Esa esperanza soy yo,
Esa esperanza somos nosotros,
sí, nosotros, tomados de la mano
esperando el futuro de nuestra esperanza,
nuestros hijos.

Viva pues nuestra ilusión,
Viva pues nuestra esperanza,
Viva nuestra vida,
Vivamos nosotros, disfrutando hasta el final,
de la vida que Dios nos da.
Dios te bendiga.

Madre, acaricie a sus niños.
Padre, abrácelos firmemente.
Permita que ellos sepan que los aman
por la mañana, al mediodía, y por la noche.

Ponga sus brazos alrededor de ellos,
sosténgalos cerca suyo,
sienta el latir de sus corazones,
la vida nueva que Usted hizo.

Ruede por el suelo con ellos,
bromee, ría y juegue,
escuche lo que tienen que decirle,
ellos tienen mucho para contarle.

Tome tiempo para conocerlos,
vea el color en sus ojos.
Aprecie a esa persona tan profunda
dentro de sus pequeñas mentiras.

Permita que corran sus dedos por sus cabellos,
doble su cabeza,
llene sus corazones con palabras de alabanza,
haga de su hogar su lugar favorito.

Abrácelos estrechamente en el sofá
y mire un programa de televisión,
cante con ellos o comparta la lectura de un libro
y ayúdelos a crecer en su mundo.

Tome un tiempo para caminar en el parque,
sosténgase de la mano,
huela las flores, alimente los patos,
construya castillos en la arena.

Madre, acaricie a sus niños,
Padre, abrácelos firmemente,
Muéstreles que ellos son un regalo,
ámelos para que se sientan bien.

Era una mañana como cualquier otra. Como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta. Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levante por los cabellos y te empuje violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.
Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mí tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal.
Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos unos pantalones nuevos y estabas sucio y mojado. Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos, que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mí te indiqué que caminaras erguido.
Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. A la hora de cenar arroje la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto. Al poco rato mi ira comenzó a apagarse. Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude.
¿Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido?
Luego escuche unos golpecitos en la puerta. «Adelante» dije adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación. Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir?, ¿vienes a despedirte? No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.
Te abracé y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba. «Hasta mañana, papito» me dijiste.
¿Que es lo que estaba haciendo?, ¿por qué me desesperaba tan fácilmente? Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual. Tú tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobre todo, sabías demostrar amor.
¿Por qué me costaba tanto trabajo?, ¿por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?, ¿qué es lo que me estaba aburriendo? Yo también fui niño.
¿Cuándo fue que comencé a contaminarme? Después de un rato entre a tu habitación y encendí una lámpara con cuidado. Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.
Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respire tu aroma limpio y dulce. No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste. Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio. Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.
Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo mas que a mi vida.

Vivo por el recuerdo que se aviva en ti,
Vivo en cada arco iris que me despierta un sueño
Vivo en cada nota musical que me recuerda nuestros momentos
Vivo aquí un amanecer, hoy sin ti…

Vivo un despertar que no se ni como me despierta,
Vivo por cada lágrima que brotan mis ojos, al no tenerte,
Vivo por esas dulces llamadas de ti, que un día me hacían sentir feliz.

Vivo, vivo estas aquí, aquí conmigo te siento,
Vivo por esas sinfonías que me regalas,
Vivo por cada nota que me obsequias para vivir,
Vivo en cada letra que dibujamos juntos en nuestros rincones,
Vivo por ti, por tu recuerdo, por mi deseo de encontrarte,
Vivo hoy contigo, simplemente quiero volver a vivir.

En este día tan especial no puedo dejarlo pasar sin decirte tantas cosas bonitas y verdaderas como lo es el amor de nosotros, Te amo desde lo mas profundo de mi alma contigo he aprendido lo que es el amor verdadero, el amar no es una prenda que te puedas poner y quitar cada ves que quiera,el amor se vasa en la confianza,en la comunicación en, la ternura,en el cariño, en la fidelidad, en las caricias en el sentir y etc… Es algo que tu y yo si tenemos porque lo hemos aprendido con el tiempo son cosa que no llegan de la noche a la mañana pero ya a nosotros nos llego porque hemos sabido luchar y porque hemos tenido la fuerza para ganarlo es el regalo mas bonito que dios nos a brindado y se que si lo merecemos.Te amo sin limite de tiempo sin barreras ,te amo por todo lo bonito que has sido conmigo por siempre estar conmigo en la buenas y en las malas en las altas y en las bajas eso si es amor por siempre tratarme tan bien y ser siempre el mismo conmigo amor es esto que yo siento por ti. Gracias por llegar a mi vida y enseñarme tantas cosa tan bonitas como lo es es amor contigo me siento segura y confiada,por eso te amo amor mio y te amare siempre.
Esto es para mi amor.

Explícame como a un niño
que hago sola en este lugar,
explícame mi vida
por que me dejas de amar.

Son alucinaciones mías,
cuentos de nunca acabar,
solo dime que un día,
este padecimiento va a finalizar.

El dolor que me provoca,
esta situación anómala,
de tenerte y no aquí,
a un lado, junto a mí.
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