¿A qué sitio extraño va cada mañana
Que día a día se va sin despedirse?
Deja el café caliente y el pan tostado
Y la mesa servida con tu puesto vacío
Con el dolor que trae la ausencia y el olvido.
Mi dulce bien, te fuiste con un rayo
Y la mesa servida se quedó pensativa
Y yo, aquí, quitando los minutos
Para que no se llenen mis sienes de blancura
Y me alcance la vida para apurar el trago.
Si mi mesa te espera pensativa,
¿Será que yo también podré esperarte?
Qué distancia hay entre la espera y el misterio
¿O acaso es la nada la que me anima a esperarte
Sabiendo que hay un cofre para que yo te guarde?
¡Debo callar entonces y huir de los recuerdos!
No hablar hasta estar muerta, no gritar más tu nombre,
Porque la casa tuvo tres que se sentaban a la mesa
Todos los días a tomar el café caliente y el pan tostado
Y de pronto tu puesto se quedó vacío.
Poema de amor enviado por : Lucia