Allí estábamos frente al mar, tu y yo, conociéndonos, sin duda era el escenario ideal de una historia que nunca habré de olvidar.
Contemplábamos sencillamente el atardecer y con melodías románticas en nuestros oídos, despertamos poco a poco y sin apuro, cada uno de nuestros sentidos.
La brisa, tu enrulado y rojizo pelo acariciaba, a la vez que el sol tímido en tus ojos se ocultaba; la noche llamaba a la luna y un sin fin de estrellas curiosas despertaban.
Al mismo tiempo que mi corazón abierto te hablaba, sentía el tuyo que con atención lo escuchaba, sorprendida tu quedabas, al descubrir el otro yo, de aquél que antes sin quererlo te ignoraba.
Como olvidar la ternura y fragilidad en tu mirada, así como la avalancha de tus dulces besos que en mis labios se tatuaban.
La noche, la noche al lado nuestro tímida se desnudaba y con el simple titilar de estrellas reflejándose en tu cara, en tu suave regazo como un niño recién nacido yo me quedaba.
Al sentir tus latidos, mi corazón más y más, de prisa palpitaba, sentíamos igual cada beso, cada caricia, cada mirada.
Ahí estábamos frente a la rambla, sin resistirnos a la pasión y a las ganas y luego de susurrarnos al oído dulces palabras desenfrenadamente como dos adolescentes yo a ti y tu a mi te entregabas.
Hoy se detuvo el tiempo dentro de mi, haciendo que las horas, los días y las noches sean sólo ahora para ti; es que hasta en mis sueños puedo hacerte sonreír, darte mil besos, mil caricias y todo mi frenesí,
Mi corazón sigue abierto a ti y es capaz de verte, oírte, abrazarte, hasta sentir ese perfume que en mi cuerpo tu dejaste;
es fiel, te extraña día a día y le seduce celarte, esperando como un bebé, al menos las buenas noches en un mensaje,
percibe tus tristezas y alegrías, y sin importar la hora o el día, estaré siempre allí, “pecosa” mía, secando con besos cada lágrima y con curando con caricias tus miedos y heridas; nada, sin pensar si el destino, ha escrito otro final al feliz algún día.
Caminemos juntos como dos niños aún en la distancia, descubriendo y aprendiendo uno del otro sin miedos y desconfianza; bésame y te besaré, abrázame como amiga, como madre y como mujer déjate querer, acaríciame y te acariciaré, compréndeme y te comprenderé, sedúceme como ayer y yo te seduciré como un hombre cariñoso seduce a su mujer; aprende de mi y aprenderé yo de ti; piensa en mi y yo estaré allí; hazme tuyo como el primer día y haz que te sienta realmente mía;
Mi corazón aún abierto te necesita, enséñale con paciencia de maestra a esperar y a no ir de prisa, pero dejando que él, hable por mi, con cada palabra, gesto, beso y cada caricia; como aquella inolvidable tarde de verano, como tu, tierna y sencilla.
Historia de amor enviada por : Marcos Rodriguez
Para mi pecosa con mucho cariño.
«Amor no es lo que queremos sentir, sino a aquello que sentimos sin querer / Love is not that that we want to feel, but that that we felt without meaning to …» With love
marzo 25th, 2010 at 10:44 am
hola marcos todos los dias leo tantos poemas maravillosos pero el tuyo es tan lindo y tan especial que lo leo todos los dias y es como una historia de amor que me recuerda tanto mi pasado , mi lindo pasado gracias por publicar algo tan lindo
cuidate mucho
con cariño de marcela
abril 28th, 2010 at 9:13 pm
son los poemas mas liondo k e leidop pos me gustan todos