Todavía estás a tiempo de soñar,
todavía estás a tiempo de cambiar,
todavía estás a tiempo de crear,
de crecer y de buscar.
Todavía estás a tiempo
de seguir un ideal,
todavía estás a tiempo
de emprender un nuevo camino,
de sembrar y cosechar.
Todavía estás a tiempo de dar,
todavía estás a tiempo de madurar,
todavía estás a tiempo de perdonar,
de probar y de amar.
Todavía estás a tiempo de hacer realidad
alguno de tus más apreciados sueños.
Toda la fuerza para que esto suceda
está en tu interior y en tu fe en Dios.