Siempre pensando en tí…
siempre tus labios soñando,
queriendo volverte a ver
para vivir divagando.
Te amo…
murmurar tu voz escucho,
mientras mi salada piel,
añora dormir en tu piel;
mientras bebo de tus labios
la dulzura de la miel;
la frescura de aquel beso
que fuera como adereso,
a mis ansias de querer.
Más… se ha detenido el tiempo
marcando un compás eterno,
hasta dejar en mis labios
la huella etérea de un beso.
Y en el temblor de mis manos
se deslizan tus cabellos,
mientras en susurro escucho
ecos de aliento en destellos.
Y así… tan lleno de tí
tocándote cerca y dentro
con un placer infinito
en el alma y en el cuerpo;
quisiera gritar tu nombre
y lanzarlo a los mil vientos,
pero lo escondo en mi ser
por el miedo de perderte
o por ahorrarme lamentos.